jueves, 28 de enero de 2010

La misma utopía de siempre.


Una colección de buenas intenciones es lo único que me queda. Tú y solamente tú, sabes, entiendes y puedes apreciar lo que yo misma desconozco de mí.

Me quedo parada, seguramente esperando una lección, pero no tengo excusa, basta de dar tiempo muerto a la vida, basta de decir que lo estoy haciendo mal, basta de seguir en este camino inacertado...
Sólo son copos de nieve, parecidos a lo que fuimos algún día, dudosos de si vestiran de blanco la ciudad, dudosos de si se los llevará el viento en una ráfaga féroz.

¿Te acuerdas cuándo no nos daba miedo hablar del poco tiempo que teníamos? ¿Te acuerdas cuándo no nos importaba querernos?
¿Te acuerdas cuándo planeábamos perdernos por alguna playa de ese maravilloso desierto?

Ahí quedó todo, guardado en alguna de aquellas olas que nos hizo reir tanto... Así ha decidido el tiempo marcarnos el final, no hay prorroga ni excusas. Pero me encantaría que saliera de tu boca algún día todas esas ideas que te hacen débil por dentro, todas esas frustaciones e impedimentos que disfrazaste con un silencio inútil. Por lo menos tú puedes echarle la culpa a la distancia. Yo, sin embargo, nunca podré explicarte por qué deshice en cuatro paredes toda la magia que me mantenía a tu lado...




Y aún tengo la poca vergÜenza de sentir que me haces falta.

1 comentario:

  1. Me encanta :

    "...Y aún tengo la poca vergüenza de sentir que me haces falta."

    Jajaja....exactamente lo que siento por alguien que se fue hace ya demasiado tiempo....

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