sábado, 17 de julio de 2010

Cordura.

A veces, ocurre que la locura que no lleva tiritas de psiquiatra nos invade en un revolcón de sueños.
Digo, que sólo a veces impregnamos la bombilla que por fin decide encenderse de respuesta y pregunta. Es decir, damos la victoria a esa batalla de nuestro razocinio con el bipartidismo que gobierna todo nuestro ser. De esta forma sucede, que en el momento en el que divisas la luz del final del túnel, ésta se te antoja como una santa resurrección de tus ideas, pero de súbito y sin perturbación que engañe, toda la verdad dirige sus sentidos al comienzo del dilema. El problema viene cuando la inmensa tranquilidad del primer rayo somete tanto a tu vanidad, haciéndola creer que la solución es de hormigón implacable, fuerte como el ruido que nunca se rompe, y por tanto simula ante el núcleo de todo ese barullo, que realmente nunca hubo conflicto, que todo está correcto.
 Y con un secreto a voces, todo se vuelve a enredar.

Pero sólo cuando nos alejamos en el tiempo, es cuando se puede ver claramente en el parte de lesiones que se trataba de una humana y simple esquizofrenia.
Como venda y herida, como inevitable olvido para quien teme ver algo más.

martes, 6 de julio de 2010

Siempre es Hoy.

El por qué de su porque nunca tuvo lugar en aquélla vida.

Pudo ser quizás por rendirle a cada impacto el merecido límite de los lutos de antaño. No quería la princesa de los mares caer sólo una vez en su historia, ni hacer del singular sus pasos hacia algún sitio.
Algunas cicatrices nos salvan la vida.

“Hay días y… días”, y con eso finalizaba más de un vacío indescifrable.

Lo cierto es que hablar en pasado no procede, ya que, es verdad que olvidamos la piel en el armario, pero seguía estando viva. Igual que ayer tuvo su hueco en la ruleta de utopías alguna sardina sin espinas, y seguramente fue inoportuno y totalmente absurdo, pero fuera como fuese, fue así.

Tal y como nace esta noche de 40 grados, paralelamente se ven los retos cada vez con menos pies. Y me alegra profundamente, me da paz y me da gloria.

Gracias a dios ya no existen noches sin eslabón ni tregua.

Son días y días, pa tu calma y pa tu risa...