martes, 6 de julio de 2010

Siempre es Hoy.

El por qué de su porque nunca tuvo lugar en aquélla vida.

Pudo ser quizás por rendirle a cada impacto el merecido límite de los lutos de antaño. No quería la princesa de los mares caer sólo una vez en su historia, ni hacer del singular sus pasos hacia algún sitio.
Algunas cicatrices nos salvan la vida.

“Hay días y… días”, y con eso finalizaba más de un vacío indescifrable.

Lo cierto es que hablar en pasado no procede, ya que, es verdad que olvidamos la piel en el armario, pero seguía estando viva. Igual que ayer tuvo su hueco en la ruleta de utopías alguna sardina sin espinas, y seguramente fue inoportuno y totalmente absurdo, pero fuera como fuese, fue así.

Tal y como nace esta noche de 40 grados, paralelamente se ven los retos cada vez con menos pies. Y me alegra profundamente, me da paz y me da gloria.

Gracias a dios ya no existen noches sin eslabón ni tregua.

Son días y días, pa tu calma y pa tu risa...

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