sábado, 3 de abril de 2010

Sentada en mi mundo.

Discursos que van a parar a una maraña de absurda intuición, no hay sexto sentido, ni casualidad que valga.
El cielo cerquita del mar, mis pies rozando la arena, la piel revitalizada con la escarcha de las olas. Paraíso, mi paraíso. Mi tranquilidad, mi encuentro conmigo misma, la verdad que sigue en pie, un hogar con cinco manos.
Olvido de un recuerdo, recuerdos del aburrido parón, corazón en coma, temperatura chillando, calma y beneficio para mis sueños. Aquí me quedo. Llegará la imagen de todas las noches antes de dar rienda a lo que llaman subconsciente….


La intensidad de un stop destruyó por fin aquella trampa.