martes, 4 de mayo de 2010

Insaciable realidad.

Bullicio de estruendos, de tormentas agotadas, carcomiendo cualquier testamento fuera de las manos. Rincón donde te quedas observando absolutamente nada, llena de alguna súbita droga benévola, rociando lo que queda de tu todo. No pienses más allá que de lo vivido, no encuentres a cada expresión un lugar donde resguardar tus ideas voladoras, soñadoras. Puede, y puede 40 veces aparecer una magia extraordinaria que te haga hablar de lo que ni siquiera sientes, que te haga volver a ese cuerpo que carecía de realidad. Sin embargo te ves aquí, lejos, cerquísima, de todo el follón que te agrada vivir cada día. Y por pésima aceptación del público has acertado en dejar de no ser tú, porque al final la naturaleza es la que pierde al hombre, la que aturde con las mas humanas razones.


Quedará esa puerta entreabierta, pero nunca abierta del todo. No se hacer de la sangre un soplo de agua, no se convertirme en la playa más virgen de ese paraíso, no se agravar los problemas con explicaciones trascendentes, no se decirme a mi misma que la suerte tiene sólo 7 vidas.
 
Predecir hasta el más estúpido estimulo es derrochar todas las ganas de apartarte las incógnitas del medio, y eso… no puede ser sano.






Para que no te vea nadie, invéntate otra excusa.

1 comentario:

  1. Algun día,no muy lejos, hablaremos sobre las cosas que pasan,que pasan como nos pasa la vida de largo, y hablaremos de estos textos q escribes, y de música,de canciones,de poesia...

    Un beso rubia.

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